lundi 23 décembre 2002

El fin de semana no ha sido muy movidito que digamos: el viernes estuve viendo los puestos del mercadillo de Navidad y tomando unas cañitas después (aunque luego me quedé en casa cuando me entró el sueño). El sábado más de lo mismo multiplicado por algún número: todo el día en casa, en bata y viendo películas. Y el domingo en plan excursión cultural: por la mañana en el Valle de los Caídos y por la tarde en el Monasterio de El Escorial, del que salí auténticamente maravillado. Allí se albergaban cuadros muy famosos como el de El cambista y su mujer, o cuadros de El Bosco como El carro del heno (que le encantaban a Felipe II). Pero lo que más me impresionó fue El Panteón (tanto de los reyes como el de los infantes).

Bueno, no quiero hacer comparaciones entre los dos sitios, y aunque el Valle es impresionante y grandioso, es también un sitio demasiado desproporcionado para el fin que tiene y además muy frío con un arte un tanto inexpresivo (además de todo lo negativo que tiene por ser construído por los esclavizados presos republicanos, muchos de ellos muertos allí). El monasterio es obra de otra época, de los tiempos en que España era medio mundo, refinado y austero a la vez, con un gusto refinado y simbólico.

Creo que ya no escribiré hasta el año que viene. O sea, que un saludo a tod@s y pasad unas felices fiestas.

¡FELIZ NAVIDAD!

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