Por fin una escapadita para tomar el sol y disfrutar de la naturaleza. Todo vino por un comentario de Anastasia, puesto que pensábamos irnos en principio a Segovia. Pero a mi me sonaba que no sé quien había ido y que estaba muy bien y le propuse ir para allá.
El sitio es muy bonito. Es un paisaje de frondosos robledales (está en Zamora, pero entre Portugal, Galicia y León, en la zona del Bierzo) que rodean al lago, que al parecer fue producido por las glaciaciones, y que es muy oscuro: no se ve nada que nade a más de un metro de profundidad.
El sábado, antes de llegar hicimos escala en Zamora para hacer una visita matutina y para hacer algunas compras de cosas que nos harían falta para la acampada. La ciudad es pequeñita y tiene un cierto aire de austeridad (quizás por la gran cantidad de románico que nos podemos encontrar al pasear por ella) pero contiene mucha belleza e historia. Y lo bueno de estas ciudades es que lo esencial (turísticamente) está en el centro y sólo hay que andar por una zona acotada no muy grande (que normalmente coincide con los intramuros). Yo tenía mucho interés por ver las famosas bóvedas escamadas, que creo que son casi únicas en España (no recuerdo donde hay otras parecidas, pero ambas son de origen bizantino). La nota curiosa de la visita fue cuando vimos un Cadillac rojo de una boda de Rockabillys.
El resto de fin de semana fue más sosegado: baño, sol y tranquilidad cuando no se oía ninguna moto, puesto que había una concentración de moteros (que están más de la mitad de ellos como cabras) y se ponían a hacer el bestia con las motos.
Pese a todo, anoche llegué a casa muy cansado pero muy contento.
Saludos a tod@s y me alegro de que os hayan gustado las fotos.
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