¡¡Extra, extra, últimas noticias!!.

Lo primero de lo que tengo que escribir es de que finalmente y como os adelante, el viernes dejé el trabajo. Fue un trago más amargo de lo que pensaba, fundamentalmente por la gente encantadora que he conocido. La mayoría no lo supieron hasta el instante de irme y tras su sorpresa y/o pena (o alegría, quizá) inicial, los saludos y felicitaciones se alargaron bastante. Hemos acordado los de la sección quedar para tomar algo estas Navidades por la Plaza Mayor y eso (vamos, lo típico). Ciertamente y pese a que ya estaba un poco cansado de el trabajo, por diversas razones, aunque la principal es el tiempo que me quitaba, la experiencia ha sido positiva, por la cantidad de historias personales que he conocido, el ambiente de trabajo (pese a sus momentos negativos), y por supuesto, el dinero (el má$ $ólido de los argumento$).

Los días que llevo de descanso los estoy descansando de veras. No he salido de juerga aún y la verdad es que con este frío polar tampoco es una idea que me seduzca demasiado. Mañana después de la cena, quizá me anime un poco, pero no lo sé, no tengo pensado salir (pensad en los precios abusivos, los borrachos patéticos por todos lados, los agobios en la barra, los voluminosos vómitos en las aceras cercanas a las zonas de copas, ...).

Mientras me voy acostumbrando a mi nueva situación de parado-estudiante o estudiante-parado, según se mire, intento concertar una cita para las pruebas, ponerme al día con lo que me queda y disfrutar un poco de esta fase. Creo que hasta que no termine no voy a ponerme a trabajar, pero eso tampoco depende de mi, pues las oportunidades pasan una vez y hay que elegir, lo que en primero de Economía (en Micro con Isidoro García De Paso, que de paso , jejeje, encontrará esta página como la de Loco..., aunque me da igual, pues yo ya aprobé con él) nos explicaron como COSTE DE OPORTUNIDAD. Un concepto para decir que la vida es una elección constante y una apuesta por uno mismo.

Un saludo a tod@s y feliz Navidad.